Gustavo Roldán

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Suelo trabajar por instinto, con un boli en la mano cuando dibujo y en la calle, caminando, cuando escribo. Caen las ideas como ladrillazos en la cabeza. Y las apunto en un cuaderno. Después, tacho, corrijo, elijo y descarto. Dibujos sueltos e historias dibujadas que a veces se quedan en dibujos para mirar o dibujos que se pueden leer.
Cuando creo que, entre los garabatos, hay algo que tiene fondo, lo desarrollo. Me da lo mismo para quien va dirigido. Puede desembocar en un libro que resulte bien para chicos o en una serie de dibujos para quien tenga ganas de mirarlos cuando se exponen a la gente.